Al día siguiente nos levantamos un poco dormidos y fuimos al cole con una zapatilla de cada color ¡Qué lío de zapatos! Pero las travesuras continuaron, un sombrero en la cabeza fue la siguiente. Nos convertimos en piratas, vaqueros, elefantes, magos, payasos, etc. Para no mancharnos el jueves lardero, todo vinimos muy bien preparados con nuestros baberos. Y para terminar la semana y dar paso a la gran fiesta, el viernes nos convertimos en héroes con la ropa interior como Superman.
Mirad, mirad, qué bien hemos hecho todo lo que el Conde de Salchichón nos mandó hacer.
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